LA GENERACIÓN DEL 98
1.1. CONTEXTO HISTÓRICO
La Generación del 98 son un grupo de intelectuales contemporaneos en el tiempo que vivieron durante la crisis moral, social y política que se produjo en España a raíz de la derrota frente Estados Unidos y la pérdida de las últimas colonias españolas: Puerto Rico, Cuba y las Filipinas.
Entre 1875 y 1898 fue una época de disgusto creativo debido a la Restauración Borbónica de Cánovas, en la que los autores se dedicaron a criticar al canovismo inspirados en la corriente del regeneracionismo, la cual meditaba de forma objetiva y científica las causas de la decadencia de España, diferenciándose de la Generación del 98 la cual se basaba en una forma más literaria, subjetiva y artística.
Cuando se perdieron en el 1898 las colonias españolas ( la sociedad rememora la Revolución de la Gloriosa, además de que el realismo (una corriente que toma como modelo los métodos de observación de la ciencia experimentales) se halla estancado y la vida política, aunque estable, se mantiene corrompida junto a un régimen de turno de partidos entre el Partido Liberal (Sagasta) y el Partido Conservador (Cánovas)), las perspectivas de los noventoychentistas se encontraban en su clímax o estaban cerca de él.
Estos autores comenzaron a escribir en una vena crítica juvenil e izquierdista, aunque lo importante de que fueran considerados en conjunto es el hecho de que vivieron en dos épocas emocionales e intelectualmente distintas, en la que los más viejos a la de Galdós y los más jóvenes se acercan a la edad de Unamuno.
La generación más vieja aún conservaba esa efervescencia ideológica, en la que se seguía buscando una reforma y existía cierta confianza en la virtud correctora de los programas políticos.
La generación más joven vivió en un época restauradora, en la que el vigor de los ideales pasados había quedado atrás y había desconfianza en la política vigente.
Se trataba por tanto de hombres que se vieron engañados por dos estructuras contrarias (Revolución y Restauración), pero los cuales sacaron una misma conclusión: la necesidad con urgencia de buscar zonas de pensamiento y actividad ajenas a la vida política para rescatar a España de su progresiva catalepsia (una muerte aparente).
Pero en cambio, surgió la polémica cuando Pío Baroja y Maeztu negaron la existencia de tal generación, pero más tarde Pedro Salinas afirmó tal existencia. Posteriormente José Ortega y Gasset distinguió dos generaciones entre 1857 y 1972, aunque su discípulo Julián Marías los enmarcó en una “generación histórica”, siendo criticada recientemente por juan Ramón Jiménez y por un importante grupo de críticos, poniendo en duda la oposición del concepto de Generación del 98.